sábado, 9 de julio de 2016

SENDERO DEL ACANTILADO DE BARBATE O DEL TAJO




Si de algo podemos disfrutar en la provincia de Cádiz, es de la variedad de paisajes que nos encontramos con sólo desplazarnos  unos kilómetros.  Esta nueva aventura la realizamos por un sendero costero que discurre entre Barbate y Caños de Meca

El recorrido no ofrece mucha dificultad, eso sí,  hay  que tener la precaución de llevar gorra y agua debido a la escasez de sombra que existe durante el primer tramo del recorrido y a las altas temperaturas del verano; por lo demás, es un agradable paseo que  puedes disfrutarlo con niños.

Desde la carretera de los Caños, nos dirigimos hasta el segundo aparcamiento que se encuentra casi pegado a la playa. Entramos por una cancela y a partir de ahí nos vamos caminando. Lo  primero que encontramos es un bunker costero.








 A medida que vamos caminando, podemos divisar el precioso color del agua  y la sensación de altitud, al mismo tiempo  que contemplamos la ensenada.

  

A 3,5 Km nos encontramos con la Torre del Tajo y un mirador con unas vistas impresionantes de los acantilados.






Continuamos ahora por un terreno mucho más arenoso y resguardado entre pinares, hasta llegar a Los Caños de Meca, mientras, a lo lejos, divisamos el Faro de Trafalgar. Hasta aquí habremos realizado 7 km, sólo queda dar la vuelta o como hicimos nosotros ir hasta la torre de Meca por otro sendero. Un atrevimiento que nos costó un par de horas más de lo esperado y una buena caminata cuesta arriba por un terreno pedregoso. Las vistas merecieron la pena.





En el camino de vuelta, nos dejó impresionados la alfombra de copas de arboles de verde caprichoso, contrastando con el azul del cielo. La inmensidad de la naturaleza en todo su esplendor.




La vuelta se hizo un poco pesada porque el sol nos daba de pleno y aún las temperaturas eran elevadas. Pero fue un sendero muy recomendable para hacer en una escapada.




domingo, 3 de julio de 2016

SALCHIPAPAS



Las salchipapas es un plato originario de Perú, que fue extendiéndose a otros países de Latinoamérica hasta llegar a España, donde lo hemos adoptado. Es una receta que a los niños les encanta y además es muy  fácil de preparar


INGREDIENTES:

Dos patatas
Un paquete de salchichas tipo Frankfurt
Queso rallado
Sal
Aceite
Mahonesa
Kétchup


 ELABORACIÓN

Pelar y cortar las patatas tipo bastón y freírlas en abundante aceite. Al sacarlas le agregamos la sal. 

En ese mismo aceite freír las salchichas sólo vuelta y vuelta. Cuando estén listas las cortamos sesgadas.

Lo emplastaremos de la siguiente forma: patatas, salchichas y queso rallado

Le agregaremos la salsa mahonesa y el kétchup. Listo para comer.


martes, 28 de junio de 2016

SENDERO DEL ARROYO BOCALEONES



Visitar el Parque Natural de la Sierra de Grazalema y adentrarnos en sus innumerables parajes, es un privilegio para los que vivimos en la provincia de Cádiz. En esta ocasión nos dirigimos hacia un pueblo precioso, Zahara de la Sierra y desde allí nos dirigimos a uno de los lugares más bellos y desconocidos que la naturaleza nos regala: el Sendero del Arroyo  Bocaleones.

 Para llegar al lugar tenemos que dejar el cuartel de la Guardia Civil a la derecha y a pocos metros existe un carril muy empinado a la izquierda. Desde allí hasta la bajada al río debemos transitar con cuidado pues el asfalto se acaba y circularemos por un camino de tierra rojiza que a veces se levanta y dificulta la visibilidad.


Es recomendable utilizar un calzado adecuado que sujete bien el pie, puesto que las rocas resbalan (algo que pude comprobar personalmente, me caí). Yo llevé escarpines y no lo aconsejo.

 
Comenzaremos a caminar por el lecho del río bajo un toldo verde de vegetación arbórea, casi selvática. El agua está muy fría pero nada comparado con las dos bañeras naturales que nos encontraremos metros más arriba.


El paseo es precioso, son dos kilómetros de sendero que no nos deja indiferente por la belleza y la diversidad.



Como antes refería el agua es fría y cristalina, mientras te llega a la rodilla todo se soporta, a medida que nos adentramos, el agua va subiendo hasta llegar a zonas que nos cubre y debemos nadar. 

El río llega a una zona en la que va encajonado entre dos precipicios verticales que imponen más por belleza que por la inmensidad de los mismos. Aquí encontraremos dos pozas, la primera la pasaremos bien, nadando en algunas zonas; en  la segunda  hay que coger aire antes de adentrarse porque el frío hace que ni sientas las piernas. 
 
Un poco más arriba el agua se acaba y hay un tramo pedregoso  y seco que lleva hasta la Garganta Verde en el que a partir de aquí se necesitan cuerdas y ser experto en barranquismo, ese no es nuestro caso. Nos damos la vuelta y volvemos sobre nuestros pasos ahora ya con el cuerpo adaptado a las bajas temperaturas del agua. 
La vuelta es mucho más rápida ya que conocemos los lugares por donde hemos pasado y también ayuda las sugerencias de otros senderistas.

Una vez terminado la ruta te quedas con la sensación de haber estado en uno de los lugares más hermosos de la tierra. Mereció la pena llegar hasta aquí.
Eso sí calados totalmente, pero contentos.




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