Desde tiempos remotos, la necesidad de la conservación de
alimentos se vuelve vital para el hombre. Para evitar que los productos alimenticios se deteriorasen se utilizaban distintos
métodos, de los cuales, algunos se siguen utilizando como: salar, ahumar y
sumergir en vinagre.
En el caso de la fruta, se conoce que desde la antigüedad, que esta ya se sometía a varios procesos para su conservación. En el Paleolítico, se
aprovechaba la nieve o el hielo y también la desecación al sol; los romanos
cocían el membrillo en miel y los árabes
elaboraban jaleas. Son estos últimos los
que introdujeron el azúcar de caña a nuestro continente, un ingrediente
imprescindible para la preparación de la mermelada que hoy conocemos.
Existen diferentes teorías del origen de la palabra mermelada, algunas de las cuales se explica en la página del "MUSEU DE LA CONFITURA".
En esta ocasión vamos a elaborar mermelada de limón. Me gusta mucho su sabor y es un acompañante perfecto para bizcochos, tartas y algunos platos de carnes.
Existen diferentes teorías del origen de la palabra mermelada, algunas de las cuales se explica en la página del "MUSEU DE LA CONFITURA".
En esta ocasión vamos a elaborar mermelada de limón. Me gusta mucho su sabor y es un acompañante perfecto para bizcochos, tartas y algunos platos de carnes.
INGREDIENTES:
1kg de limones
350 gr de azúcar
La ralladura de un limón
Un palito de canela
ELABORACIÓN
Se cortan los limones en cuatro y se cubren de agua durante tres días.
Se cambiara el agua dos veces al día.
Se le quitará la piel y la parte blanca, guardando la piel de un limón.
Se ponen en una cacerola los limones junto a la ralladura, el azúcar y la ramita de canela.
Remover y dejar que reduzca. Cuando comience a espesar, se retira de fuego y
le quitamos la ramita de canela.
Dejamos que se enfríe y a envasar.