lunes, 12 de octubre de 2015

CLARA CAMPOAMOR, LA VOZ DE LA MUJER


Fuente: Wikipedia
Para comprender nuestro presente, tenemos que analizar nuestro pasado. No hay más que trasladarnos unas décadas atrás para observar cual era el papel de la mujer en la sociedad de nuestro país, una España en la que los derechos eran relegados al hombre y su primacía genérica. La mujer, un útil sin voz, ni voto, permanecía encajonada en los trabajos que se consideraban aptos para ellas, sumidas en un analfabetismo controlado por el egoísmo machista nacional.
Entre tanta sinrazón, nace una mujer que cambiará la historia de todas  las mujeres en nuestro país. Su valentía y tenacidad fueron artífices de que nuestros pensamientos e ideologías sean plasmados con nuestro derecho al  voto.
Clara  Campoamor Rodríguez, nace un 12 de febrero de 1888 en el barrio de las Maravillas  de Madrid. Su familia de origen humilde; su padre, contable de un periódico y su madre modista. Tuvo dos hermanos más de los que sólo sobrevivió su hermano Ignacio.
En 1898 , muere su padre y Clara se ve obligada a abandonar sus estudios y trabajar para contribuir al sostenimiento de la familia. Trabajó como dependienta, modista y telefonista entre otros, hasta que en 1909 consigue una plaza en Correos y Telégrafos. Fue destinada a Zaragoza y San Sebastián. En 1914,  es primera de su promoción en una oposición al Ministerio de Instrucción Pública. Vuelve a Madrid como profesora de adultas, impartiendo clases  de taquigrafía y mecanografía. Al no tener bachillerato, decide seguir estudiando, como así mismo compaginar su trabajo en el Ministerio con el de secretaria en el periódico “La Tribuna”. Es entonces donde comienza a interesarse por la política y escribe algunos artículos.
 Consigue el título de Bachiller el 21 de marzo de 1923 y se matricula en la Facultad de Derecho y obtiene su licenciatura el 19 de diciembre de 1924. Clara ya había participado en un Ciclo  de Feminismo, donde se forja su ideología sobre la igualdad de derecho de las mujeres. Tras licenciarse, comienza a ejercer como abogada y  defiende los divorcios de Concha Espina y Josefina Blanco, de sus respectivos maridos Ramón de la Serna y  Valle Inclán.
Se convierte en primera mujer que interviene en el Tribunal Supremo, tratando y contemplando la situación jurídica de las mujeres en España.
Crea en asociación con compañeras de otros países europeos, La Federación Internacional de Mujeres de Carrera Jurídicas, con sede en París. Compartió trabajo junto a  Victoria Kent y Matilde Huici en el Tribunal de Menores. En 1930, participa en la fundación de la Liga Femenina Española por la Paz.
Posteriormente forma parte junto a Azaña de la junta directiva del Ateneo de Madrid. Es nombrada delegada de España en la Sociedad de Naciones.

Colabora con el diario “La Libertad” en la sección “Mujeres de hoy” estando el país en plena dictadura de Primo de Rivera. Tras la dictadura, Clara forma parte del Partido Radical y se presenta a las Cortes Constituyentes de  la Segunda República y obtiene escaño por Madrid. En 1931, participa en la comisión encargada de redactar la Carta Magna republicana y se convierte así en la primera mujer que habla en las Cortes Españolas, donde defenderá acaloradamente el sufragio femenino en España con la oposición de Victoria Kent.
Al final Clara Campoamor convence, incluso con el apoyo del partido conservador. Es así como el derecho al Sufragio Femenino se recoge en la Constitución de 1931 en su artículo  36. En las elecciones de 1934, la izquierda es derrotada y culpa de ello a Clara, aunque en 1936 ganarían por mayoría de votos. Posteriormente en 1933 Clara Campoamor, marcha a Oviedo para ayudar a los hijos de los mineros muertos o encarcelados. Así mismo se ve obligada a salir del Partido Radical, ya que no encuentra apoyo en la cuestión de la desigualdad de las mujeres.
 Tras el golpe militar de Franco, Clara se exilia a Francia, Argentina y a Laussane donde fallecerá olvidada en 1972.

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