Los apellidos nacen de la necesidad de distinguir y diferenciar a un individuo de otro. Estos
apellidos han ido pasando de generación en generación creando así una línea
genealógica a través de la cual podemos conocer nuestros orígenes.
En la Edad Media, son los nobles
los únicos que utilizan apellidos, mientras que el resto de la población era
conocida por su nombre de pila. Es el siglo XII, surge la necesidad de
poder identificar a la gente, puesto que la población había crecido y muchos
compartían el mismo nombre. Hasta entonces se identificaban a las personas por
el nombre y el oficio al que se dedicaban.
El Cardenal Cisneros en 1501 ordena, que todo el mundo debe adoptar los apellidos que le daban sus padres y así
quedar como indicador de familia a la que se pertenecía. Pero es en Roma en el Concilio de Letrán (1564) donde se ordena a todas las parroquias de Europa que lleven un registro de los
nacimientos, matrimonios y defunciones
en los que deben constar el nombre y apellidos. Este el momento en el
oficialmente se declara que todo el mundo tiene que llevar apellidos, uno procedente del padre y el otro de la madre.
Los apellidos pueden tomar distintas formas:
PATRONIMICOS: Esta relacionado con
el nombre propio. Frecuentemente se le añadía la desinencia “ez” u “oz”, que
significan ambas, “hijo de” o “descendiente de”. Resultaría que López sería,
hijo de Lope y González, hijo de Gonzalo.
TOPONÍMICOS: Relacionado con el
lugar de donde vivían o procedían. Normalmente aparecen precedidos de la partícula “de”, “del” o “de la”. Entonces
el resultado sería, del Campo, de la Fuente, de Zamora o simplemente el
apellido sólo, como por ejemplo Ávila.
DE OFICIO: Su identificación
estaría relacionada con el trabajo u oficio que realizaba. Herrero, Cantero,
Barbero…
DESCRIPTIVOS: Se corresponde con
una característica física o una cualidad en el carácter. Moreno, Delgado, Rubio,
Leal, Bueno, Alegre
CASTELLANIZADOS: Son aquellos
apellidos que no tienen un origen español, pero se han ido transformando para
adaptarse a nuestra lengua. Gallardo del francés Gallard o Picasso, de origen
italiano.
En estos momentos cualquier
ciudadano español al cumplir la mayoría de edad, puede alterar el orden de los
apellidos si así se desea.
Hoy en día existen recursos online
donde podemos consultar sobre nuestros antepasados, la distribución de nuestros
apellidos y redes genealógicas.
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