El auge por todo lo natural hizo que me interesara por lo que yo llamo "este arte de antaño". Hace ya años nuestros abuelos y en lugares donde no se tenían acceso a otras cosas más modernas, la gente elaboraba jabones y otros elementos de belleza que como ya dije, ahora están en auge. Es quizás el interés por la esencia de las cosas y por la causa del consumo indiscriminado de sustancias que nos dañan lo que está motivando a vivir de una forma más sencilla y sana. Mi abuelo me contaba que en su tiempo, allá por los años 30, 40 .... en su casa se hacían los jabones con aceite y hasta con grasa de animal y a ninguno se les cayó el pelo por eso.
Me alegra saber que muchos jóvenes están apostando por un mundo más sostenible y están muy concienciados en reciclar, en controlar el consumo reciclando y dando segundas oportunidades a productos que ya no necesitamos.
Es por este motivo y por otros más por lo que he decidido poner mi granito de arena en esta lucha contra el cambio climático y adecuar mi vida a una rutina más natural y respetuosa en todos los ámbitos.
¿Por qué jabones? Porque la industria de la belleza y la estética es muy contaminante por ciertos productos químicos que se vierten al agua y al aire. Porque esos productos hacen daño a nuestra salud y porque mayoritariamente se testean con animales.
Hoy os voy a mostrar una receta de jabón de avena y miel con base de glicerina. Tengo que ser honesta y decir que en un principio es un poco costoso conseguir los materiales para elaborarlos, pero despues merece la pena porque la cantidad y la calidad compensa.
VAMOS A NECESITAR:
200 gr de jabón base de glicerina
Cápsulas de vitamina E
4 gotas de aceite esencial (del que más te guste)
1 cucharada de avena molida
1 cucharada de miel orgánica
3 gotas de colorante líquido para jabón
Molde de silicona
Botella de espray con alcohol
ELABORACIÓN:
- Cortamos en trozos la base de glicerina y la dividimos en dos.
- Primera parte: fundimos en tiempos de 30 segundos la glicerina en el microondas. La movemos y cuando esté bien diluida agregamos el colorante. Volvemos a mover hasta que todo quede bien integrado.
- Seguidamente le añadimos la miel y el aceite esencial (yo le puse uno de canela china de Pranarom). Movemos todo muy bien y vertemos sobre un molde previamente desinfectado con alcohol. Dejamos que cuaje sin mover.
- Segunda parte: Volvemos a diluir la glicerina como la vez anterior. Agregamos una cucharada de avena molida y una cápsula de vitamina E. Movemos bien hasta veamos que espesa un poquito.
- Antes de verter sobre lo que habíamos elaborado anteriormente, con un cuchillo le hacemos unos cortes superficiales para que se adhiera mejor la segunda parte.
- Vertemos y dejamos cuajar. Yo lo deje sobre una hora.
- Desmoldamos y listo para usar. A mi me salieron dos piezas. Puedes envolverlas en papel film, pero si no quieres usar plástico puedes usar papel reciclado o de embalaje.
El resultado para mi piel es genial, me la deja con sensación de limpieza, pero sin tirantez. Si tienes piel delicada, mejor probarlo primero en la mano o en una parte de tu cara por si eres sensible a alguno de los productos de la elaboración del jabón. Todos los ingredientes del jabón tienen que ser de calidad para que tengamos un resultado de primera.
Un pequeño consejito, para que nos os queden burbujas, rociarlo con un poquito de alcohol.