Pasear por la Calle Real de la Isla de León y encontrarse con el Callejón Crócquer, hace de un simple paseo una experiencia inolvidable. Situado en el número 57, muy cerca de Capitanía, se halla un arco que hace que tímidamente dirijas tu mirada al interior y te sumerjas en una aventura a través del tiempo.Cuenta que este callejón perteneció a una finca cuyo uno de sus propietarios fue regidor en 1786, Don Esteban Miguel Crócquer.
Paredes encaladas, macetas de flores y curiosos pasadizos que conectan las dos orillas del callejón. Puede uno imaginarse la arquitectura y estética de aquella época en medio de lo que hoy es una ciudad que mira al cielo en pisos de pocas plantas, gracias a dios. Un testigo vivo de batallas y hechos históricos notables para nuestra provincia y para España.
Veinte casas de vecinos que son conscientes de la importancia de donde viven. Adornan sus paredes con las macetas que tanto identifican a los patios andaluces y les añaden unos azulejos con dichos y refranes que arrancan la sonrisa del curioso lector.
Desde que Don Rafael Crócquer lo adquiriera en subasta pública, la propiedad ha pasado por varias manos hasta la actualidad. A la muerte del anterior, la propiedad pasa a sus hijos y así lo es obstentado por la familia hasta que el último heredero Rafael Crócquer y Rodríguez, muere sin descendencia.
Desde que Don Rafael Crócquer lo adquiriera en subasta pública, la propiedad ha pasado por varias manos hasta la actualidad. A la muerte del anterior, la propiedad pasa a sus hijos y así lo es obstentado por la familia hasta que el último heredero Rafael Crócquer y Rodríguez, muere sin descendencia.
Es Ramón Rodríguez de Rivera, quién se hace con la calle de nuevo comprándola en subasta pública en el año 1868. En 1987 las casas son compradas por los inquilinos del último propietario, Antonio Foncubierta Martínez.
Así que, si pasaís por la ciudad de San Fernando (Cádiz), no dejéis de visitar el Callejón Crócquer y seguro os embriagará el olor de los geranios, el blanco de sus fachadas y como no, el Nazareno y la Virgen del Carmén que son los vigías y protectores de los habitantes de este túnel del tiempo.