Una de las prendas que nunca debe faltar en mi fondo de armario es, la camisa blanca. Su simplicidad en cuanto al color, sus múltiples combinaciones y su atemporalidad, hacen que esta pieza sea la alternativa interesante ante la duda de "¿Qué me pongo?"
Clásica, sofisticada, causal o deportiva, la camisa blanca se adapta perfectamente a cualquier versión de mi vida diaria. Los complementos, son esenciales si queremos dar un aire elegante a la prenda: collares, gargantillas y pulseras contrastan a la perfección.
Con unos jeans, ya sean de colores, negros, gris (muy de moda esta temporada) o el clásico azul oscuro acompañados con zapatillas para ir sport o con botas de tacón y pañuelo para pasar una tarde con las amigas. Estas y otras múltiples variantes admite mi querida amiga la camisa blanca, aun así, tengo que destacar una de mis combinaciones favoritas: con leggins negros, que dan ese aire de comodidad e informalidad que tanto me gusta (imitando al anuncio de Julia Roberts en Calzedonia). En cuanto a la forma, las prefiero camiseras y entalladas, porque resalta la feminidad. Sea como sea, es siempre una gran aliada en mi armario.