Hay sabores que nos transportan, y este sorbete de mandarina lo hace con la delicadeza de una brisa costera. Su textura suave y ligeramente líquida envuelve el paladar con notas cítricas intensas, naturales y vibrantes. Servido en copas elegantes, decorado con rodajas de fruta fresca y hojas de menta, se convierte en un ritual de frescura y belleza.
INGREDIENTES:
Mandarinas dulces y sin semillas (congeladas previamente): 6 unidades
Cava bien frío: 2 vasos (unos 200 ml)
Azúcar moreno o endulzante natural: 1 cucharada sopera
ELABORACIÓN:
Tritura las mandarinas congeladas hasta obtener una textura granulada y helada.
Añade el azúcar y el cava, y vuelve a batir brevemente.
Sirve al momento, decorando si lo deseas con hojas de menta o piel de cítricos.

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