Rusia es un gran país, tanto por sus dimensiones como por sus costumbres e influencias que compartían con otras regiones pertenecientes a la Unión Soviética. Durante la Guerra Fría, el mayor conocimiento que teníamos de este estado era por ser una gran potencia armamentística. Dos gigantes gobernaban el mundo, la Unión Soviética y Estados Unidos y ambos nadaban contracorriente. Esta circunstancia hacia que Rusia y los países vecinos mantuvieran una postura cerrada al resto de Europa y del mundo.
Lo típico y lo tópico se fundía y condenaba a un país que sorprende con multitud de costumbres y manjares que van más allá del Vodka, de las famosas películas de espías, de Siberia y de personajes altos rubios con ojos azules. Es el 1 de mayo de 1987 con la famosa Perestroika, el país se abre al resto del mundo y llega hasta nosotros un estado multicultural con una exquisita gastronomía. Luego, regiones como Ucranía consiguen independizarse en 1991, con la disolución de la Unión Soviética y desde éste nos llega este fantástico Pollo Kiev, aunque algunos pongan en duda la procedencia. Según cuentan este plato se comercializó por primera vez por Marx&Spencer en Reino Unido.
INGREDIENTES:
1 pechuga por persona ( en este caso para cuatro)
100 gr de mantequilla
1/2 cucharadita de ralladura de limón
1 cucharada de zumo de limón
1 diente de ajo
1 cucharadita de perejil
Harina
Huevos
Pan rallado
Aceite
Sal
ELABORACÍON:
- Mezclamos la mantequilla con el perejil, el zumo de limón y la ralladura de limón. Hacemos un cilindro con papel de aluminio y dejamos solidificar en la nevera (unas dos horas).
- Hacemos un corte en cada pechuga de forma que quede como un sobre para rellenar.
- Rellenamos las pechugas con la mantequilla que antes preparamos cortadas en trozos medianos.
- Apretamos los bordes y empanamos con harina, huevo y pan rallado.
- Freiremos en abundante aceite.
Se pueden acompañar con verduras, pure o unas ricas patatas cocidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario