Irlandeses e ingleses aunque lo parecen no son la misma cosa. El irlandés lleva su idiosincrasia en la sangre, en su cultura y en su forma de vivir. Hay quienes consideran que hay tantos irlandeses en Irlanda como fuera de ella, puesto que la emigración ha sido una condición muy importante para la evolución de este pueblo creando verdaderas comunidades fuera del país.
Si ves a un irlandés, se caracterizan porque no son muy altos, de pelo rubio o pelirrojo y ojos claros. Eso sí al igual que ocurre con los gallegos (también de origen celta) guardan un gran apego a su tierra, sus orígenes y sus costumbres.
A diferencia de sus vecinos británicos el irlandés es bromista, de carácter festivo y jocoso al que le gusta celebrar cualquier acontecimiento con gran intensidad, en la que los reconoceremos fácilmente por su genuina música y bailes grupales.
Los irlandeses suelen ser conservadores, tenemos que en el pasado siglo tenían numerosos hijos en el que el mayor recibían todos los bienes y tierras, teniendo de esa forma que buscarse la vida los demás hermanos.
La gastronomía irlandesa es muy variada y está influencia por la variedad de pueblos que han llegado hasta sus costas dejando una impronta que se va a fusionar con el recetario autóctono. Un ingrediente importante, la patata; hace un par de siglos la escasa patata por una enfermedad provocó una gran hambruna que obligó a emigrar a numerosa población.
Son muchos los platos típicos pero voy a dejar uno que me encantó como es el PAN DE SODA IRLANDES. Fácil, con pocos ingredientes y con un sabor muy peculiar que lo distingue de otros panes.
INGREDIENTES:
700 gr de harina
2 cucharaditas de bicarbonato sódico
1 cucharada de sal
140 ml de yogurt
1 huevo
ELABORACIÓN:
- Batimos el yogurt con el huevo y una taza de agua.
- En un bol mezclamos la harina, el bicarbonato y la sal.
- Añadimos poco a poco el batido de yogurt y movemos todo bien hasta obtener una pasta suave.
- Pondremos en una superficie enharinada y trabajamos uniendo todos los ingredientes. No hace falta amasar mucho.
- Le damos una forma redonda y lo introducimos en una fuente engrasada. Le hacemos un corte en cruz en la masa y llevamos al horno durante 40 minutos (según horno) a 180º. Comprobamos con una aguja que esta bien hecho por dentro y dejamos enfriar envuelto en un paño alrededor de unas cuatro hora.
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