Se acaban las vacaciones y así como sin darnos cuenta han pasado casi tres meses, lo que indica que se acerca la vuelta al cole. Para unos se convierte en una pequeña tortura, ya que se habían habituado a una vida más placentera y lejos de las aulas. Para otros, la vuelta a la rutina es símbolo de control, estabilidad, horarios y también stress. Pues bien, nada más simple que ir organizando las cosas poco a poco y no dejar nada para última hora.
En primer lugar, tenemos que ir ajustando el horario de levantarse por la mañana e ir incorporando paulatinamente las rutinas que tendremos durante el periodo escolar.
1. Adelanta la alarma de tu reloj cada día 10 minutos, hasta así llegar a la hora que suelen levantarse para ir al colegio.
2. Forren los libros y pongan etiquetas con el nombre. Es muy importante que los niños participen en la tarea es una forma de personalizar sus objetos.
3. Revisen todo el material. Es muy común que siempre falte algo. Hay que tener en cuenta que si lo dejamos para última hora, los precios pueden incrementarse.
4. Atención al uniforme. El verano es la época en la los niños más crecen. Es hora de ir haciendo arreglos y si la aguja no es lo nuestro, localizar una persona que se encargue de ello.
5. Animarles a que lean y hagan un poco de tarea, así se van acostumbrado a iniciar el nuevo curso sin tanta pereza.
Aún queda tiempo, pero no hay que dejar de lado la organización del nuevo curso, siempre surgen imprevistos. Espero que os sirva. Yo así lo hago y aunque cuesta adaptarse, ayuda mucho.
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