En el corazón de la cocina andaluza, los mostillos son mucho más que un postre: son una alquimia de otoño, tradición y paciencia. Esta receta, nacida del aprovechamiento del mosto de uva tras la vendimia, transforma lo humilde en lo sublime.
Ingredientes para mostillos (4-6 porciones)
1 litro de mosto de uva (recién prensado, sin fermentar)
100–120 g de harina de trigo (puede variar según la textura deseada)
1 rama de canela
1 trozo de cáscara de limón (sin parte blanca)
2–3 clavos de olor
Azúcar al gusto (opcional, según dulzor del mosto)
Almendras tostadas o nueces picadas (para decorar)
Canela molida (para espolvorear)
Elaboración de los mostillos
Infusionar el mosto Vierte el mosto en una olla grande. Añade la rama de canela, los clavos y la cáscara de limón. Lleva a fuego medio y deja que hierva suavemente durante unos 10 minutos para que se impregne de aromas.
Retirar especias Una vez infusionado, retira la canela, los clavos y la cáscara de limón con una espumadera o colador fino.
Añadir la harina poco a poco Baja el fuego y comienza a añadir la harina tamizada en forma de lluvia, removiendo constantemente con una cuchara de madera o varilla para evitar grumos. La mezcla debe espesar progresivamente.
Cocinar hasta obtener textura cremosa Continúa removiendo a fuego lento durante unos 20–30 minutos, hasta que la masa se despegue ligeramente de las paredes de la olla y tenga una textura densa, similar a una crema espesa o natilla firme.
Endulzar si es necesario Prueba el dulzor. Si el mosto no es suficientemente dulce, puedes añadir azúcar al gusto y remover bien hasta que se disuelva.
Verter y enfriar Vierte la mezcla en cuencos de barro, moldes individuales o una fuente rectangular si deseas cortarlo en porciones. Deja enfriar a temperatura ambiente y luego refrigera al menos 4 horas.
Decorar y servir Antes de servir, espolvorea con canela molida y añade almendras tostadas o nueces picadas por encima. También puedes acompañarlo con hilos de miel o fruta seca.

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