Este postre es atemporal aunque si es cierto que con el calor nos apetece más. Mágico, riquísimo, dulce y otros tantos adjetivos para calificar a este semifrío de fresas y nata. Es muy fácil de elaborar, sólo hay que tener un poco de paciencia y disfrutaremos como un rey.
INGREDIENTES:
500 gr de fresas
500 ml de nata para montar
8 hojas de gelatina
150 gr de azúcar glas
200 gr de galletas tipi María
120 gr de mantequilla
1 cucharada de azúcar
ELABORACIÓN:
- Dejamos que la mantequilla se reblandezca hasta alcanzar una textura similar a la pomada.
- Trituramos las galletas y mezclamos con la mantequilla. Añadimos una cucharada de azúcar.
- En un molde vertemos la anterior mezcla apretando bien para que no queden huecos. Dejamos en la nevera por una hora
- Lavamos las fresas. Reservamos algunas para adornar.
- Incorporamos las fresas junto al azúcar en un cazo a fuego lento. Dejamos que el azúcar se funda y cuando de el primer hervor apartamos del fuego.
- Mientras, habremos hidratado la gelatina en agua fría. Una vez listas incorporamos a las fresas, cerciorándonos que todo quede integrado.
- Es el momento de montar la nata para luego incorporarla a las fresas con movimientos envolventes.
- Ahora pasamos a los moldes o como yo hice a unos vasos de boca ancha.
- Introducimos las rodajas de fresas que habíamos reservado para adorno y llevamos a la nevera no menos de cuatro horas (hasta que esté totalmente cuajada).
Podemos consumirlas tal cual o con un poco de chantilly y frutos secos. Si no nos gusta encontrarnos los trozos de fruta, podemos triturar las fresas previamente.