Foto procedente de Pixabay. Autor: Counselling |
Si bien hay elementos que han transformado la vida del ama de casa, uno de los inventos estrella es, la olla a presión. Aunque a lo largo de la historia ya se usaban métodos en los que la presión y el vapor eran utilizados en los prehistóricos hogares, es la evolución y el ingenio de unos inventores los que hicieron que hoy disfrutemos de la comodidad y la rapidez a la hora de cocinar.
En 1679, Denis Papin, un físico anglo-francés, inventa el digesteur, un recipiente hermético en el cual se hervía agua a alta temperatura. La presión hacía que los alimentos se cocinasen en menos tiempo. Papin presenta el invento en la Real Society, pero la idea no prospera. Aún así se convierte en el antecedente de la olla a presión actual.
Es al español José Alix Martínez al cuál se le concede la primera patente de lo que se conoce como olla express en el año 1919. Se caracteriza por su dimensión más reducida y de menor peso, siendo así más sencilla su manipulación en el ámbito doméstico. La patente se cede a Camilo Bellvis Calatayud en 1925 y la comercializa como la olla Bellvis. Alfred Vischler presentó su "Flex-Seal Speed Cooker" en 1938 en la ciudad de Nueva York. Aunque llamó la atención a las amas de casa, estás se decantaron por la olla de presión “Presto” que aparición en la feria mundial de Nueva York en 1939.
Es en 1948 cuando se concede la patente a M. Devedjian, el cual fabrica un modelo de olla de cocción rápida que llamo cocotte minute. Más tarde, George Laverne , en 1952 la perfecciona con su mayor capacidad e incluye un cierre especial. Los hermanos Lescure, en 1952 presentan un modelo, la supercocotte. Esta patente se comercializa en España como SEB-MAGEFESA.
Desde entonces la olla a presión ha sufrido numerosas transformaciones tanto en su estética como en su sistema de seguridad y se ha perfeccionado hasta llegar a lo que llamamos ollas programables, una versión muy avanzada de la original a la que puedes programar como te convenga sin necesidad de estar pendiente de separarla de la fuente de calor.
En 1679, Denis Papin, un físico anglo-francés, inventa el digesteur, un recipiente hermético en el cual se hervía agua a alta temperatura. La presión hacía que los alimentos se cocinasen en menos tiempo. Papin presenta el invento en la Real Society, pero la idea no prospera. Aún así se convierte en el antecedente de la olla a presión actual.
Es al español José Alix Martínez al cuál se le concede la primera patente de lo que se conoce como olla express en el año 1919. Se caracteriza por su dimensión más reducida y de menor peso, siendo así más sencilla su manipulación en el ámbito doméstico. La patente se cede a Camilo Bellvis Calatayud en 1925 y la comercializa como la olla Bellvis. Alfred Vischler presentó su "Flex-Seal Speed Cooker" en 1938 en la ciudad de Nueva York. Aunque llamó la atención a las amas de casa, estás se decantaron por la olla de presión “Presto” que aparición en la feria mundial de Nueva York en 1939.
Es en 1948 cuando se concede la patente a M. Devedjian, el cual fabrica un modelo de olla de cocción rápida que llamo cocotte minute. Más tarde, George Laverne , en 1952 la perfecciona con su mayor capacidad e incluye un cierre especial. Los hermanos Lescure, en 1952 presentan un modelo, la supercocotte. Esta patente se comercializa en España como SEB-MAGEFESA.
Desde entonces la olla a presión ha sufrido numerosas transformaciones tanto en su estética como en su sistema de seguridad y se ha perfeccionado hasta llegar a lo que llamamos ollas programables, una versión muy avanzada de la original a la que puedes programar como te convenga sin necesidad de estar pendiente de separarla de la fuente de calor.