Un elemento que no debemos olvidar a la hora de limpiar una
persiana, es la cinta. Hay que tener en
cuenta que el uso y el tiempo hacen que la suciedad se acumule en esta zona. La forma más sencilla de limpiarlas es la
siguiente:
- En un recipiente mezclamos agua, detergente para lavar platos y un chorro de amoniaco.
- Mojamos un estropajo y lo escurrimos.
- Y frotamos por toda la cinta.
Con esta sencilla operación devolveremos a las cintas de las
persianas su aspecto original.