Pudín de Castañas: el susurro dulce del otoño
Hay postres que no solo se saborean, sino que se sienten. Este pudín de castañas es uno de ellos. Su textura sedosa y su sabor profundo nos envuelven como una manta suave en una tarde de lluvia. Cada cucharada es un viaje a la infancia, a los paseos entre castaños, al aroma de la leña y al calor de la cocina encendida.
Preparado con castañas cocidas y peladas, leche infusionada con vainilla, y un toque de licor (si el alma lo pide), este pudín es una oda a la sencillez y al confort. Se hornea lentamente, dejando que los sabores se fundan en una crema delicada, perfecta para servir templada con nata montada o fría con un hilo de caramelo.
Ideal para cerrar una comida otoñal o para acompañar una merienda con té y buena compañía. Este postre no grita, susurra. Y en ese susurro, nos recuerda que lo sencillo, cuando se hace con cariño, puede ser profundamente conmovedor.
Ingredientes (para 4-6 porciones)
300 g de castañas cocidas y peladas
500 ml de leche entera
3 huevos
100 g de azúcar (puedes ajustar al gusto)
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 pizca de sal
1 cucharada de mantequilla (opcional, para más cremosidad)
1 chorrito de licor suave (ron, brandy o amaretto, opcional)
Nata montada y canela para decorar
Elaboración:
Preparar las castañas Si usas castañas frescas, hazles un corte y hiérvelas durante 20 minutos. Pélalas mientras aún están tibias. También puedes usar castañas cocidas envasadas, siempre que sean naturales.
Infusionar la leche Calienta la leche con la vainilla y la mantequilla (si decides usarla). No dejes que hierva, solo que se temple y se aromatice.
Triturar Coloca las castañas en una batidora o procesador. Añade la leche templada, el azúcar, la pizca de sal y el licor si lo usas. Tritura hasta obtener una crema homogénea.
Incorporar los huevos Añade los huevos uno a uno, batiendo suavemente hasta integrar. La mezcla debe quedar fluida pero con cuerpo.
Hornear al baño María Vierte la mezcla en moldes individuales o en un molde grande engrasado. Colócalos en una bandeja con agua caliente y hornea a 160 °C durante 40–50 minutos, hasta que al pinchar con un palillo salga limpio.
Enfriar y decorar Deja enfriar a temperatura ambiente y luego refrigera al menos 2 horas. Sirve con nata montada y una pizca de canela.












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