Los villancicos tal como lo conocemos, son unas poemas muy sencillos que se cantan para festejar la Navidad. En cada país el ritmo y las costumbres adornan estas cancioncillas en las voces de niños, coros o pastorales.
El origen es variopinto y muchos se atribuyen la creación de los mismos. Se cuenta que los villancicos provienen del Renacimiento español y que estos se extendieron hacia Portugal y Latinoamérica. Otros sugieren que fue el Marques de Santillana el artífice de estas canciones, puesto que para celebrar el misterio de la Natividad, compuso unas letrillas que entonaba junto a sus hijos.
Otros afirman que su origen es pagano y que en un principio eran unas canciones populares en las cuales se relataba a los campesinos las costumbres, el amor, el trabajo y escenas de la vida cotidiana. Siglos más tarde la Iglesia adopta estas cancioncillas para contar la historia del Nacimiento de Jesús y adoctrinar mediante sus letras sencillas y pegadizas.
El villancico documentado, queda plasmado en el Cancionero de Stúñiga de 1458, Chansonier d´Herberay de 1463, Cancionero de Palacio y Cancionero de la Colombina ya en el siglo XV, estos dos últimos mencionados.
Ni que duda cabe que el villancico más famoso es Noche de Paz. El infortunio de la rotura de un órgano hizo que el cura, Joseph Mohr compusiera una canción que pudiese ser interpretada con guitarra, cosa que sucedió en la Navidad de 1818.
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